Las vidas siempre se cruzan en el final, se… todos nos encontramos en el mismo momento, puede llegar en cualquier instante.
Despierta dieciocho hoy es su día es el primero en su familia ansia dar un paso más dejar atrás la cobardía su corazón ardía si aprendía su mente crecía alguna gente del barrio le envidia porque en esa eternidad que es la ciudad pocos sueñan con llegar a pisar la universidad pura honestidad domesticar los libros investigar los siglos conexidad en su empeño va a legar algo a sus hijos si lo ves mirar al frente su madre siempre le dijo que la cabeza alta que no hay destino que sea fijo salta del autobús al suelo impacta con el miedo pero ríe sabe que no habrá quien haga que desconfié de si mismo mientras piensa en raps escucha que alguien llora un coche como el fuego pasa una bala traidora sirenas y un acero frio que su piel perfora y una mano en sangre dice que llego su hora.
[Estribillo]
ya no queda nada más atrás, no habrá tiempo para sonreír una familia hundida en lágrimas, dime quien se acordara de mí, un millón de cosas por hacer, un mundo entero por descubrir, lo siento pero me he de ir ya no queda nada que perder.
Despierta la vida es incierta duele las entrañas le araña el pensamiento una nueva campaña siempre es el trabajo acude a su mente ya con 37 siente los desprecios unos compañeros necios pero sabe que el éxito tiene un precio que se siente sola pero está en la cumbre y en la urbe podredumbre pero nadie que la tumbe y si el amor irrumpe es algo tan cansino casi no vale la pena el camino, quiere buen coche un hogar con porche y un buen sueldo un Eldorado restaurado adohumaldo con eneldo una extra en vacaciones y casa en las afueras apena recuerda lo que era andar a ciegas a llegar a media espada en un semáforo ensaña algún dialogo alza la vista al sol sintiendo cada átomo respira sin mirar lo que es sentir cada matiz aniquila vida lejos lo que la vuelve infeliz le da la nariz que hoy será un día intenso se ve en el ascensor en el día propenso para el ascenso pero le queda minutos de para parar aparcar los chicos de instituto corriendo a matar a lo bruto alguno la empuja a lo duro del alquitrán huyendo de las balas que de fondo gritan mirar cómo se gira ahora un coche que la ignora revive su vida enseguida porque sabe que le llego su hora
[Estribillo]
ya no queda nada más atrás, no habrá tiempo para sonreír una familia hundida en lágrimas, dime quien se acordara de mí, un millón de cosas por hacer, un mundo entero por descubrir, lo siento pero me he de ir ya no queda nada que perder.
Despierta siete cinco y el ahincó de la juventud se fue la vida es como un brinco donde se escapa la fe, pues la edad frena las alas de la liberta abre de par en par la soledad y la mitad de lo que has sido no hay piedad ni castigo la realidad trae consigo la gravedad y frialdad del olvido todo ganado o perdido los años llevan amigos al otro barrio varios de sus recuerdos caen al fondo del armario la mente le falla le juega malas pasadas amarra hadas borradas puede ver como se apaga como luz de las farolas añora las horas que un día pudieron ser y no fueron los adiós y los holas apoya su cuerpo cansado en el sofá, escribe en un papel gastado alguna estrofa está agotado mira fuera ve una luz cegadora nota un corazón parado que dice llego tu hora.
[Estribillo]
ya no queda nada más atrás, no habrá tiempo para sonreír una familia hundida en lágrimas, dime quien se acordara de mí, un millón de cosas por hacer, un mundo entero por descubrir, lo siento pero me he de ir ya no queda nada que perder.
Despierta dieciocho hoy es su día es el primero en su familia ansia dar un paso más dejar atrás la cobardía su corazón ardía si aprendía su mente crecía alguna gente del barrio le envidia porque en esa eternidad que es la ciudad pocos sueñan con llegar a pisar la universidad pura honestidad domesticar los libros investigar los siglos conexidad en su empeño va a legar algo a sus hijos si lo ves mirar al frente su madre siempre le dijo que la cabeza alta que no hay destino que sea fijo salta del autobús al suelo impacta con el miedo pero ríe sabe que no habrá quien haga que desconfié de si mismo mientras piensa en raps escucha que alguien llora un coche como el fuego pasa una bala traidora sirenas y un acero frio que su piel perfora y una mano en sangre dice que llego su hora.
[Estribillo]
ya no queda nada más atrás, no habrá tiempo para sonreír una familia hundida en lágrimas, dime quien se acordara de mí, un millón de cosas por hacer, un mundo entero por descubrir, lo siento pero me he de ir ya no queda nada que perder.
Despierta la vida es incierta duele las entrañas le araña el pensamiento una nueva campaña siempre es el trabajo acude a su mente ya con 37 siente los desprecios unos compañeros necios pero sabe que el éxito tiene un precio que se siente sola pero está en la cumbre y en la urbe podredumbre pero nadie que la tumbe y si el amor irrumpe es algo tan cansino casi no vale la pena el camino, quiere buen coche un hogar con porche y un buen sueldo un Eldorado restaurado adohumaldo con eneldo una extra en vacaciones y casa en las afueras apena recuerda lo que era andar a ciegas a llegar a media espada en un semáforo ensaña algún dialogo alza la vista al sol sintiendo cada átomo respira sin mirar lo que es sentir cada matiz aniquila vida lejos lo que la vuelve infeliz le da la nariz que hoy será un día intenso se ve en el ascensor en el día propenso para el ascenso pero le queda minutos de para parar aparcar los chicos de instituto corriendo a matar a lo bruto alguno la empuja a lo duro del alquitrán huyendo de las balas que de fondo gritan mirar cómo se gira ahora un coche que la ignora revive su vida enseguida porque sabe que le llego su hora
[Estribillo]
ya no queda nada más atrás, no habrá tiempo para sonreír una familia hundida en lágrimas, dime quien se acordara de mí, un millón de cosas por hacer, un mundo entero por descubrir, lo siento pero me he de ir ya no queda nada que perder.
Despierta siete cinco y el ahincó de la juventud se fue la vida es como un brinco donde se escapa la fe, pues la edad frena las alas de la liberta abre de par en par la soledad y la mitad de lo que has sido no hay piedad ni castigo la realidad trae consigo la gravedad y frialdad del olvido todo ganado o perdido los años llevan amigos al otro barrio varios de sus recuerdos caen al fondo del armario la mente le falla le juega malas pasadas amarra hadas borradas puede ver como se apaga como luz de las farolas añora las horas que un día pudieron ser y no fueron los adiós y los holas apoya su cuerpo cansado en el sofá, escribe en un papel gastado alguna estrofa está agotado mira fuera ve una luz cegadora nota un corazón parado que dice llego tu hora.
[Estribillo]
ya no queda nada más atrás, no habrá tiempo para sonreír una familia hundida en lágrimas, dime quien se acordara de mí, un millón de cosas por hacer, un mundo entero por descubrir, lo siento pero me he de ir ya no queda nada que perder.